Mediación y convivencia pacífica en comunidades de propietarios
La asistencia a las juntas de propietarios es una importante medida preventiva para evitar conflictos, ya que la participación en este foro afectará a las decisiones que se tomen y al correcto funcionamiento de la comunidad.
Entre las labores menos reconocidas del buen administrador de fincas está la de facilitar la convivencia comunitaria y el bienestar de todos y cada uno de los copropietarios, mejorando así la calidad de vida dentro de la comunidad.
El administrador debe actuar en todo momento de buena fe y en defensa de los intereses de la comunidad de vecinos, guardando fidelidad a los mismos, pero tratando de manera justa e igualitaria a todas las partes en relación. Y, cuando surge un conflicto entre propietarios, deberá gestionar el problema mediante la mediación y la oratoria, de manera objetiva, sin imponer soluciones, reconduciendo los problemas y ayudando a encontrar una solución beneficiosa para todos.
En última instancia un pequeño porcentaje de estas tensiones no encuentran resolución satisfactoria para las partes y pueden llegar a los Juzgados